MIRANDO AL PRESENTE
Hace 5 años, que he estado ausente de esta ventana de comunicación.
Mi vida ha estado mirando al pasado.
Escribiendo el libro “Nuestras raíces” sobre la evolución de mi árbol generacional.
Fue un viaje a mis raíces, recogiendo información de mis familiares, para que las nuevas generaciones, supieran cual es el legado que han recibido y como les sigue influyendo los patrones y creencias de sus antepasados.
Durante muchos años la fotografía fue el eje central de mi vida. Hice de todo: retratos, paisajes, reportaje social, viajes, fotomontajes…
Fueron años muy enriquecedores, tanto por la comunicación con la gente, como por el hechizo del cuarto oscuro, mi laboratorio, que tenía que improvisar de noche en la cocina o en el váter. En el cual revelaba las fotos en blanco y negro.
La luz roja del laboratorio daba un toque sobrenatural al ambiente. Las expectativas de cada foto, que, al sumergirla en la cubeta de revelado, sentía la magia de ver como la imagen iba apareciendo sobre el papel blanco.
De esos años quedaron miles de negativos guardados en cajas, que acumulaba en armarios, quizás con la idea de que tal vez, más adelante, algún año, me diera por revelar de nuevo.
También mantenía todo el laboratorio fotográfico guardado.
Hasta que hace un par de años, lo puse a la venta en internet.
Pero los negativos, se habían quedado obsoletos y ocupando espacio, la nueva tecnología nos trajo la fotografía digital, ya no tenemos que ceñirnos a carretes de 24 o 36 fotos analógicas. Ahora podemos hacer cientos, miles de fotos, verlas en el instante en el móvil o en el ordenador. Compartirlas en el momento y si eres creativa, hacer auténticas virguerías con los programas de retoques artísticos.
Así que durante el encierro de la pandemia COVID 19, pasé uno a uno miles de fotogramas a digital, para conservarlos en un disco duro, y rompí con la tijera, las etapas de mi vida que habían quedado impresas en esos trozos de película fotográfica.
Tambien he estado retocando, haciendo montajes fotográficos y enviando cientos de fotos antiguas a familiares y amigos.
Y por último, me involucré en escribir una novela “Auditoría del alma”. Hacía más de 30 años que tenía unos apuntes, y decidí darle forma de novela.
Narra un momento decisivo en la transición de la España rural a la ocupación de las grandes ciudades españolas.
Un despertar hacia una forma nueva de vivir, en los albores de la mitad del siglo XX.
Las peripecias de una niña y su hermana, que viven su infancia en ambientes y circunstancias duras, pero donde también suceden cosas llenas de ternura.
Y aquí estoy de nuevo, en una nueva etapa, mirando al presente y dispuesta a compartirlo contigo.
Anaís Martín 3-10-2021